miércoles, 22 de abril de 2015

Una historia real

Hola amigos, os voy a contra algo que me sucedió hace un par de días.

Llegué a la parada del autobús y como hago normalmente si hay alguien, saludo, así era en este caso, se encontraba una señora mayor de no más de 75 años, me senté al lado suya cuando comenzamos una conversación:

Señora- Pues el autobús esta tardando mucho, tiene que estar al venir
Yo- Le quedan... 7 minutos.
Señora- ¿Y como sabes eso chiquilla?
Yo- Pues con una aplicación del móvil que te dice lo que te tarda el autobús (le enseño la aplicación a la mujer)
Señora- ¡Que cosas! Yo de esas cosas no entiendo y mira que mis hijos me dicen que me compre un móvil de esos nuevos y dices tu que te dice lo que tarda ¿no?
Yo- Si, además te dice los metros que le quedan...

Y así continuamos un rato hablando, me dijo que el móvil era un chivato, como una maruja.
Después me comenzó a hablar de sus hijos, que todos vivían lejos, ella era viuda y que se sentía sola.

Esto os lo escribo, porque a mi me sirvió para reflexionar, porque un simple "hola" puede terminar en una conversación como otra cualquiera pero lo que para una persona puede ser insignificante a otra la hace sentirse escuchada y te termina dando las gracias.

Os animo a saludar a todos aquellos que os encontréis en una parada, en una tienda o en cualquier lugar.

Que tengáis un muy buen día.

PD: Eloísa Ruiz Pereda

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